viernes, 15 de junio de 2012

Soledad muerta.

En una noche llegué a pensar...

Las aguas llenen el vacío que me impulsa a llorar
que los mares de todos los océanos arrastren mi congoja
que se apiada de mí y me lleva al elixir del olvido
donde quiero olvidar mi desgraciada alma en pena
donde quiero compartir con la tierra mi soledad.
Las estrellas que sean amantes de mi eterna y sola compañía.

Por cada gota de sangre, he existido.
Por cada lágrima derramada, he sufrido
sin recibir el alivio del amor, que parece olvidado en una caja, en un rincón viejo y solitario.
Cerrado bajo llave está, sin que nadie consigue atisbarlo
mi corazón se pudrirá en la soledad que siempre ha estado, sin
que venga a salvarle el caballero andante de sus dulces y vacíos sueños.
Pobre niña que siempre ha soñado con su príncipe azul
la pobre niña, no sabía que no existía los príncipes azules,
la pobre se quedaría sola esperando con su caja de latón
dónde está guardado su joven corazón.

Por cada gota de sangre, he existido
por cada lágrima amarga, he sufrido la eterna soledad.
Nadie va salvarme, nadie oirá mis gritos de mi alma desgarrada.

Vacía estoy como mi cuerpo sin vida
y mi corazón guardado en una caja de latón olvidado
pudriéndose como yo en mi eterna
muerte.

Las estrellas me acompañan
la tierra me abraza, pero no llega calentar mi cuerpo inerte.
Estoy vacía.
Y mi corazón olvidado en una caja de latón.

Quise amar y nadie me amó.
Quise conocer el amor pero no lo alcancé atisbar.
No llegó mi príncipe, ahora muerta estoy.  

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